El cerebro cocainómano
La cocaína es la droga dura más consumida, se sabe mucho acerca de sus efectos, tanto a corto como a largo plazo, pero aún así, el abuso que se hace de esta sustancia sigue siendo un problema para la sociedad.
La sustancia que produce la adicción es el Benzoilmetilecgonina, un alcaloide que se extrae de las hojas de la planta de coca. Sus efectos más importantes a corto plazo (muy inmediatos, debido a que supera la barrera hematoencefálica sin dificultad) son:
Inhibir la recaptación de la serotonina y noradrenalina (neurotransmisores) causando así un efecto analgésico
suprimir el apetito
estimular el sistema nervioso central, haciendo sentir al sujeto eufórico.
Entre los efectos neuropsicológicos a largo plazo está la gran adicción que provoca esta sustancia, ya que activa el sistema de recompensa que se sitúa en el mesencéfalo; la cocaína hace liberar dopamina (un neurotransmisor que al ser liberado produce la sensación de placer) pero no permite que se reabsorba, con lo cual el efecto es más prolongado, cuando la cocaína deja de actuar, la dopamina se reabsorbe rápidamente, creando así una sensación de “bajón”. Otros neurotransmisores también interfieren en el funcionamiento del cerebro cuando la cocaína es consumida: seronotina, norepirefrina, glutamato, acetilcolina… como resultado de este mecanismo de recompensa lo que ocurre es un sistema de refuerzo, creando así una gran dependencia a esta droga, esto va unido a que su uso habitual crea tolerancia, necesitando más cantidad de sustancia para conseguir los mismos efectos, incluso si su uso es prolongado los efectos de placer disminuyen pero aumenta la sensación de “bajón” siendo mucho más grave el malestar que se produce cuando no se está bajo los efectos de la cocaína.
Si la exposición a cocaína induce una pérdida celular, es posible que la funcionalidad de las vías de recompensa se vea afectada y se produzca una intensificación del uso compulsivo de la cocaína. Además del papel que las neuronas dopaminérgicas tienen en la actividad motora, estas fibras inervan de manera muy amplia la corteza cerebral y contribuyen a los procesos de atención y toma de decisiones, que también están alteradas en los consumidores de cocaína. La disminución de la función dopaminérgica, junto con un aumento de la funcionalidad del transportador de dopamina, podría producir una marcada hipodopaminergia, causante de los síntomas de la abstinencia, depresión y craving. En este sentido, se ha demostrado que la sintomatología depresiva es habitual entre los consumidores de cocaína y se asocia con las recaídas en el consumo. En :L. Urigüen, L.F. Callado, (2010). Cocaine and brain. Trastornos adictivos. 12
La cocaína provoca una psicopatología que se conoce como psicosis cocainómana o cocaínica, que se caracteriza por la ruptura del sujeto con la realidad, paranoia, alucinaciones auditivas, visuales y táctiles, gran ansiedad, ideas delirantes, agresividad, incluso ideas suicidas u homicidas.
Otros efectos psicológicos que produce su uso prolongado son depresión, irritabilidad, cambios de humor violentos, nerviosismo.
Pero si esto no fuese suficiente, esta droga no solo ataca al SNC, sino que también deja su huella en el cuerpo de diferentes formas, deterioro de los dientes y nariz, aumento de presión arterial, frecuencia cardiaca, predisposición a accidentes cardiovasculares, insuficiencia renal, agotamiento y mas consecuencias perjudiciales.
Referencias:
L. Urigüen, L.F. Callado, (2010). Cocaine and brain. Trastornos adictivos. 12
Siniscalchi A, Bonci A, Mercuri NB, De Siena A, De Sarro G, Malferrari G, Diana M, Gallelli L., (2015). Cocaine Dependence and Stroke: Pathogenesis and Management.. Curr Neurovasc Res. 4 Mar
MC Ritz, RJ Lamb, Goldberg SR, MJ Kuhar, (1987). COCAINE RECEPTORS ON DOPAMINE TRANSPORTERS ARE RELATED TO SELF-ADMINISTRATION OF COCAINE. Science. 4 Sept (), pp.1219-1223