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De la dendrita al axón. Breve recorrido por la historia de la neurociencia

En la ciencia, como con todo en la vida, uno ha de mirar hacia atrás para poder observar cuales han sido los pasos que se han dado hasta llegar a donde nos encontramos. Esto no lo hacemos muy frecuentemente, pocas veces nos paramos a pensar y a admirar la importancia de la historia en nuestras vidas, hoy en día nos vemos influenciados por descubrimientos muy lejanos en el tiempo, algunos de ellos, incluso equivocados, conviene recordar la alusión que hacemos a Aristóteles cuando decimos; “te quiero con todo mi corazón”.

Cuando me enteré de la existencia del neurocarnaval, y vi su temática: ¿Cuál es el descubrimiento más importante de la historia de la neurociencia?, me quedé en blanco, no podía contestar, hallaba en esa cuestión una pregunta de la misma dificultad que la de: ¿a quién quieres mas, a papá o a mamá? Sin duda es una pregunta sin una respuesta clara y objetiva, más bien la respuesta es una opinión y ¿cómo no? Yo cuento con la mía.

Para poder elegir cuál es el descubrimiento más importante me veo obligado a hacer un breve (brevísimo) recorrido desde los orígenes; para ello me tengo que remontar 5.000 años atrás, y aludir a los cráneos encontrados con evidentes signos de intervenciones, los cuales se ha podido observar que estas operaciones fueron un éxito, ya que se ha descubierto una regeneración ósea posterior a dicha intervención, la siguiente parada la hemos de hacer en el antiguo Egipto, donde nos topamos con los primeros testimonios escritos sobre el cerebro, donde aparece alguna patología derivada de este órgano (la parálisis), siguiendo el recorrido llegamos a la época clásica, donde nos encontramos a diferentes filósofos y médicos: Alcmeón de Crotona, cuya aportación principal fue situar al cerebro como asiento del alma y del sensorium, Hipócrates; esencial en la neurociencia, hoy en día siguen despertando admiración sus escritos sobre el cerebro y Aristóteles, el cual postuló su equivocada “teoría cardíaca” .Tampoco nos podemos dejar en esta época a Erófilo, Erasístrato o Galeno. De la época clásica tenemos que saltar directamente (debido a la gran sequia de la aportación a las ciencias durante este intervalo, solo nombrar en el siglo XV a Antonio Guanerio) al siglo XVII, donde encontramos a Thomas Willis, autor de cerebro anatomi, en el siglo XVIII con la llegada de la ilustración, las ciencias incrementan su importancia, en este siglo Luigi Galvani investiga sobre la naturaleza eléctrica de los nervios, llegamos al siglo XIX donde la neurociencia ya comienza a consolidarse, autores importantes en este siglo son Bell, Magendie, Gall con su frenología, Broca o wernicke. Durante el siglo XX y XXI la contribución a la neurociencia ha sido tan inmensa e importante, que cualquier intento de resumir esta época quedaría en un insulto a cualquier aportación.

Pero aún no he elegido ningún descubrimiento como el más importante, para ello voy a establecer un pódium, en el que situaré como si de los JJOO se tratase, a los tres descubrimientos más importantes.

En el tercer puesto, nos encontramos la historia a Phineas. P. Gage, este capataz de obra, fue capaz de revolucionar la ciencia del cerebro. Haré un breve resumen de su increíble (y lamentable) historia; Phineas. P. Gage, fue un capataz de las obras de ferrocarril, era ciudadano de Vermont (EEUU) y corrían los años del antiguo Oeste americano cuando por desgracia una explosión imprevista en el trabajo hizo que una barra de hierro le atravesara el cráneo, más concretamente la barra inició su trayectoria en la mejilla izquierda saliendo por la parte superior del cráneo, de esta manera, el cerebro fue perforado, en especial el lóbulo frontal. Esta lesión no acabó con la vida de Gage, pero si la cambió por completo ya que este capataz, era una persona afable, educada y respetuosa pero desde el accidente se volvió irreverente, blasfemo e impaciente, ya no era la persona trabajadora y responsable que era antes, después de este suceso no era un hombre regular en su trabajo, de hecho perdió todos sus empleos debido a las riñas que tenía con sus campañeros. Pero más allá de la curiosa historia se esconde el cambio que significó a la neurociencia, ya que antes de este suceso se pensaba que el lóbulo frontal era carente de función y este suceso fue la primera evidencia de que dicho lóbulo podía albergar ciertos aspectos psicológicos como la razón. Es bonito pensar que una de las aportaciones más importantes a la neurociencia haya sido un accidente, por todo esto damos la neurona de bronce a ¡la barra de hierro! (divertido juego de metales)

La neurona de plata se la ha ganado a pulso el genio más grande de la neurociencia;

Don Santiago Ramón y Cajal. Sus investigaciones hoy en día siguen estando muy vivas. Sin las aportaciones que dio a la neurociencia, seguramente no se hubiese podido descubrir avances de los que hoy disfrutamos. La aportación por la que en 1906 fue premiado con el nobel de medicina, fue la teoría revolucionaria de la doctrina de la neurona, con la que postulaba que las neuronas son las unidades mínimas e independientes del sistema nervioso. Describió la forma y las partes de estas células, diferenciando soma, axón y dendritas, también argumentó que la direccionalidad del impulso eléctrico de la neurona se producía

unidireccionalmente; las dendritas de una neurona reciben la información desde un axón de otra neurona diferente y es trasportada hasta el extremo del axón donde envía el impulso a otra neurona. Se diferencia de la teoría reticular propuesta por Golgi (con quien compartió el nobel), en que para Cajal las neuronas eran independientes, y Golgi veía que las neuronas establecían una conexión. El tiempo ha dado la razón a Cajal. Debido a la gran importancia que este descubrimiento tuvo, ha tenido y va a tener le concedemos a Santiago Ramón y Cajal, el segundo puesto, la neurona de plata (tiene gracia, ya que el método de tinción que aplicaba era la tinción con nitrato de plata)

En el más alto escalón del podio, he decidido colocar a René Descartes, por su postulado del dualismo mente-cuerpo, con el cual separaba el alma (o la mente) del cerebro, ya que creía que eran dos naturalezas diferentes (por ejemplo la percepción del dolor no se ubicaba en el cerebro sino en la mente) pero que la glándula pineal era el punto en el que estas naturalezas convergían. Hoy se sabe que la mente (lo que definimos como conciencia, pensamiento, etc…) se sirve del cerebro para poder existir y que el “descubrimiento” de descartes es un error (ya lo dijo Antonio Damasio en su libro “el error de Descartes”, el cual recomiendo), entonces ¿Por qué darle el primer premio? ¿Qué contribución importante puede ser un error? Lo importante aquí no es el descubrimiento en sí, ya que como todos sabemos el cerebro es el creador de la mente, asi que no hay ningún dualismo, sino que lo verdaderamente importante fue la contribución contextual que hizo, ya que en aquella época (siglo XVII) la iglesia católica y en especial la inquisición, estaba muy poco tolerante con la ciencia y más si hablamos de investigar sobre el alma o la mente (que era un ámbito exclusivo de la teología). Lo que hizo descartes al separar el alma del cuerpo o la mente del cerebro fue abrir las puertas a los científicos para que pudiesen investigar con un poco mas de libertad sobre el funcionamiento de este órgano, sin la necesidad de que la religión se metiera de por medio condenando a los investigadores por herejía. Realmente Descartes consiguió esto (aunque no fuera su propósito) ya que a partir de esta época, la ciencia creció a un ritmo exponencial. Así que, el premio con la neurona de oro se lo lleva un error que propició el auge de numerosos aciertos.

Con lo cual, el podio queda configurado de la siguiente manera: En el tercer escalón una barra de hierro que provocó un importante accidente, en el segundo puesto el corredor mejor preparado, el grandísimo Santiago Ramón y Cajal y en primer lugar un error que favoreció multitudinarios aciertos, el dualismo de Descartes.

Referencias:

  • Damasio. A, (1995). El error de Descartes. 5th ed: booket ciencia.

  • Martinez Martín. J, (2002). De los misterios de la mente y el cerebro : filosofía, psicología y neurociencias. 1st ed. Salamanca: UPSA.

  • Ramón y Cajal. S, (1913-1914). Estudios sobre la generación y regeneración del sistema nervioso. 1st ed. Madrid: Moya.

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