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El ictus goloso

Actualmente una de las enfermedades más trascedentes que nos podemos encontrar son los accidentes cerebro-vasculares, siendo la tercera causa de muerte en varones mayores de 65 años y la primera causa de invalidez en Europa, superando de esta manera a la demencia más ampliamente conocida, el Alzheimer. Debido a estos datos bastante significativos, se están estudiando diversos estudios para poder identificar de manera más exhaustiva los mecanismo producidos en esta enfermedad , así como, distintos tratamientos, comenzando desde un inicio con fármacos anticoagulantes y antiagregantes hasta la actualidad donde podemos ver como se mezcla la tecnología avanzada con la ciencia humana y como uno de los factores de riesgo de dicha incapacidad puede ser a su vez uno de los mayores logros para su resolución .

El accidente cerebro-vascular es una enfermedad que converge los dos sistemas más importantes de nuestro cuerpo; el SNC y el vascular. Es ocasionado por la oclusión de una arteria cerebral debida a un coagulo o deposito graso o a su vez por la rotura de la misma, originando de esta manera una zona sin riego sanguíneo, anulando el aporte de oxigeno y nutrientes de la sangre y provocando isquemia (degeneración y muerte celular), por ello según el mecanismo de producción ya sea por oclusión como por rotura diferenciamos dos tipos de accidentes:

  • El isquémico (es el coagulo, es decir, acumulación de sangre coagulada en el vaso sanguíneo, el que provoca la oclusión no dejando de esta manera el continuo paso de la sangre a los vasos posteriores del mismo)

  • Accidente hemorrágico, es el que peor pronóstico tiene se trata de la rotura de un vaso sanguíneo ocasionando una hemorragia cerebral y disminución de aporte a las zonas afectadas.

Como toda enfermedad , el accidente cerebro- vascular, o más coloquialmente conocido como ictus, tiene sus factores de riesgo, siendo los más importantes; el aumento de la tensión arterial , la diabetes mellitus, el tabaco, el alcohol, el aumento de colesterol, la falta de ejercicio físico, afectaciones cardiacas etc.

Pero sorprendentemente a pesar de ser el azúcar uno de los factores de riesgo más importantes, ya que la diabetes mellitus es una enfermedad producida por la acumulación de glucosa (azúcar) en el riego sanguíneo, un estudio realizado por Investigadores del Instituto Max Planck de Alemania, ha descubierto como un tipo de azúcar, la glucosamina, unida a unas nanopartículas esféricas y huecas conocidas como fulerenos, formándose de esta unión las gliconanopartículas, reducen la inflamación y, por tanto, el daño cerebral ocasionado por el ictus.

Los fulerenos son unas partículas pequeñas con forma de esfera y, comúnmente, llamados balones de futbol debido a esta ultima característica, están formados por átomos de carbono, captan radicales químicos y los hacen actuar como neuroprotectores. Por otra parte la glucosamina es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro cuerpo, concretamente en el cartílago de las articulaciones donde es más conocida su acción (se suele utilizar como tratamiento para la artritis ya que favorece el desarrollo de cartílago), pero también se utiliza para el control del dolor así como de antiinflamatorio, siendo menos toxico que antiinflamatorios conocidos como el ibuprofeno.

De este modo, los investigadores enlazaron químicamente estos dos compuestos formando las glicononaparticulas y lo administraron a roedores donde previamente habían inducido el accidente isquémico, dando como resultados de dicha combinación, según lo publicado en la revista Experimental Neurology, la disminución de daño neurológico e inflamación, demostrado por imágenes de resonancia magnética en estos animales.

Se trata de un estudio solo realizado en ratones, pero tal y como dice el investigador español Guillermo Orts-Gil involucrado en el proyecto ‘’los resultados presentan a estas gliconanopartículas como materiales potencialmente eficaces para tratar infartos cerebrales también en humanos. Sin embargo hay que ser cautelosos, ya que lo que funciona con ratones de laboratorio, no necesariamente va a hacerlo con personas’’

Este trabajo nos muestra que gracias al avance tanto científico como tecnológico podemos llegar a entender definitivamente como se produce este fenómeno y sobre todo abrirnos una puerta hacia su posible curación.

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